Mi padre
– ¿Papá, te afeito?. Sí, me respondió, después de recordar el día de Santa Rita. Pongo la toalla sobre su pecho y agitando la espuma de afeitar oigo un primer estertor. ¡Mamá, corre, corre que papá …!; otro estertor y … adiós, sólo pudo coger su cabeza ya inerte y rezarle en su oreja. Ambos creyentes tenían así y a través de la fe su última conversación. La más tierna imagen que jamás pude presenciar en mi vida fue aquella de la despedida final a mi padre. Hace ya 31 años de ello y lo tengo tan claro como aquel 22 de mayo de 1988, casi, o incluso mejor, porque contra las trampas de la memoria de hoy la emoción de entonces. Se iba el hombre al que más he admirado en mi vida, por valiente, generoso, y sobre todo buena persona, una persona ejemplar que además de su bonhomía era un enorme profesional de la medicina, muy vocacional. Escribiría de él un libro a continuación pero no lo necesitamos ninguno de los dos, simplemente se trata del recuerdo que la fecha puntual obliga.
El concierto de ayer
¡Qué bien lo pasamos! Ya de por si tener un día antes el aforo completo induce un buen estado de ánimo para el que organiza cualquier concierto. Pero es que la música y los músicos estuvieron geniales, hasta levantar al público de sus asientos para mover tronco, cabeza y extremidades. La gente quería más, y más, y nos daba las gracias al irse por haberles dado ocasión para disfrutar durante una hora y media alegremente de la vida. Genial. La verdad es que son éstas experiencias las que nos motivan a seguir metidos en estas danzas, no solo de música sino de arte y literatura, o de reuniones semiclandestinas como la que está aconteciendo ahora mismo mientras escribo, porque en el salón están reunidos 18 peregrinos ingleses que profesan el protestantismo. Lo de semi es una broma, mejor dicho lo de clandestinos, porque aquí en elcercano si pecamos de algo no es sino de ser más claros que el agua de los ríos de hace un siglo. Ahora que estamos metidos de lleno en más y más política, el Congreso tomó forma ayer ¡y de qué manera!, las ambiciones locales de los aspirantes a gobernar nuestra ciudad son tan predecibles que nos aburren hasta el extremo izquierdo o derecho, no viene mal que llegue un momento nueve y medio para disfrutar un rato. En fin, a Desirée y los chicos, un encanto, igual que a Cristina (productora del ciclo 1906) y Gilbert, gracias por ser tan cercanos y artistas. Aquí estaremos para la próxima ocasión que se tercie. (La foto es de hoy, con Desirée la artistaza y Paloma la anfitrionaza).