Colajes, dibujos y acuarelas de Moxom se exponen en el espacio cultural El Cercano.
tareixa taboada
ourense 19/09/2016 11:36
«Lo mejor de la imaginación es que nos permite los caprichos que no podemos permitirnos. Mis adquisiciones sólo tienen un límite: el no tener límite ninguno»; dice Carlos Marzal.
El artista Moxom, más conocido por su trabajo en escultura, vuelve a los orígenes con una exposición en la que muestra más de una veintena de obras que se articulan en distintos lenguajes plásticos: colaje, dibujo y acuarelas. Una obra únicamente en papel que puede disfrutarse en la mejor compañía, la de Moncho Conde Corbal, en el espacio cultural y de creación que recupera el calor de lo humano y sacude conciencias: El Cercano. El espacio que en el número 20 la calle Cardenal Quevedo ofrece una atmósfera inigualable que subraya la espléndida intervención espacialista del artista urbano Mon Devane con una recreación ilusoria de la Plaza do Ferro y Santo Domingo con abruptos trampantojos enfrentando la complejidad de la creación con la mentira de la realidad, como un artificio underground con la técnica del art graffiti.
Xosé Manuel Moxom sorprende por su versatilidad. Cofundador de la publicación Frente Comixario, ya por el año 1987, parece recuperar aquel interés por la imagen expresiva que se originaba en la frescura ingeniosa del cómic, desde la ironía y la bidimensionalidad del dibujo.
En esta exposición mantiene el expresionismo vigoroso de su escultura en la potencia expresiva de los rostros y en la manera de construir los volúmenes a través de planos estructurales que delimitan proporciones y perspectivas.
Plantea, como otros artistas contemporáneos que utilizan el lenguaje del colaje, la interrelación de materiales extra-artísticos no pictóricos -fragmentos de papel, revista, tipografías?- a través de una descontextualización total del objeto intervenido ya prefabricado y su incorporación a un emplazamiento concreto que cambiará su discurso dialéctico al formar parte de una nueva entidad, dentro del nuevo contexto artístico adjudicado.
Borra así de la figura sus elementos más aparenciales para reforzar los aspectos que más le interesan creando una tensión intencionada en las expresivas miradas y diluyendo fisonomías que son, independientemente, constructoras de volúmenes en la interrelación de los planos de color como en las serenas pinturas cubistas de Seoane, en aquellas en las que Moxom oculta la utilización del colaje como soporte para la mancha que, en forma de huella, da textura y profundidad a la imagen de cuyo trazo nervioso y rápido surgen retazos de una realidad instantánea y múltiple.
Una realidad compleja de lenguajes mixtos y multiformes, rompiendo con el ilusionismo iconográfico tradicional, como otros grandes artistas del colaje tales como Galindo, Barcala, Datas, Arroyo, Rueda, entre otros; y el Pop Art. El colaje como una sucesión de imágenes superpuestas que buscan planos nuevos de representación e incorpora la efervescencia de un lenguaje nuevo y rupturista para la expresión plástica. Xosé Manuel Moxom construye, a través de una superficie estructurada la forma que compone como una arquitectura, recortando la figura sobre el fondo neutro, sin contexto identificable, dotando a la primera de protagonismo e independencia.
Como Esteban Vicente, establece una relación visual entre el impulso creativo automatista y el análisis conceptual del proceso reduccionista sintético que aísla la idea del contexto. Teóricos y artistas como Aragón ó Ráfols Casamada han analizado el lenguaje del colaje como cesura de vanguardia y su trascendencia a la contemporaneidad, explorando sus infinitas posibilidades expresivas, tanto conceptuales como lúdicas.
Moxom aporta a la muestra acuarelas que parten de una identificación con el impulso plástico y gestual del Expresionismo abstracto americano y llega a una abstracción total de alta temperatura intimista como brío poético, que se representa mediante etéreas manchas de color informes y levitantes. La serie de dibujos se apoya en dos líneas técnicas y temáticas: una de las cuales presenta una figuración con línea de contorno cerrado que remite en su expresividad e ironía al cómic, con la instantánea frescura de la secuencia narrativa, en la profunda expresión que marcan rostros y gestos, torsiones y cuerpos hipertrofiados o distorsionados.
Son figuras 3/4 en un primer plano cinematográfico, de arista dura, angulosa, casi xilográfica que lo vincula a la madera, mientras que en la otra línea presenta unos dibujos de bordes imprecisos en los que prioriza la mancha de color sobre la concreción del mismo, mediante el uso de técnicas húmedas y secas (grafito).