Javier Esteban en elcercano:
Estuvo en elcercano este prestigioso hombre de la cultura madrileña que últimamente dedica gran parte de su tiempo a la interpretación de los sueños. Cordial, amable, interesante personaje del que se aprende constantemente, presentará su libro sobre Claudio Naranjo el próximo día 10 de diciembre en el Centro Cultural Conde Duque de Madrid, del que es programador de conferencias de lo sutil, con la asistencia del propio Naranjo. La curiosidad que conocimos ayer de Javier es que fue tentado por C’s, en concreto su líder madrileño Villacís, para asesorar culturalmente al grupo, oferta de la que desistió para no tener que dejar sus labores de profesor en la Universidad Camilo José Cela y otras actividades. El dinero es tentador pero su labor cultural individual aún lo es más. Pues bien, ayer hemos gozado de la presencia con nosotros de este hombre cercano que hoy ya emprendió su retorno a la capital española.
Sobre la biblioteca Benito Fernández Alonso:
En otro orden de cosas, traemos aquí la información publicada por Maribel Outeiriño en La Región sobre ‘la agitada historia de la biblioteca Benito Fernández Alonso’. Escribe lo siguiente:
¡Don Benito Fernández Alonso fue un comerciante de zapatos y paños, primero en Lobios y más tarde en la ciudad, muy peculiar y poco habitual. Nacido en Entrimo en 1848 y muerto en Ourense en 1922, después de un breve paso por el Seminario, Benito Fernández Alonso comenzó una activa y dinámica vida. Como era frecuente en aquellos tiempos, don Benito organizaba tertulias en la trastienda de su tienda a las que asistían los personajes más cultos de la ciudad y que, como él, tenían especial interés en el estudio y la investigación de la historia local. Don Benito fue concejal, diputado provincial, presidente de la Asociación de la Prensa, dinámico colaborador en la prensa local, en la que publicó infinidad de artículos, académico de número en la Academia Galega, cofundador de la Comisión de Monumentos, cronista de la ciudad y de la provincia y autor de numerosos artículos y libros de historia local.
Toda esta actividad la ejercía don Benito al mismo tiempo que se ganaba el respeto y el cariño de sus vecinos y sus amigos, con los que se convirtió en un dinamizador de la cultura local de su tiempo. Su biografía fue publicada hace unos años por Carmen Barbosa. Acumuló además, una interesante biblioteca en la que hay que destacar unas pocas joyas de alto valor bibliográfico, cuya presencia en una biblioteca privada resulta un tanto difícil de justificar y cuyo origen, como ocurre en tantas otras bibliotecas privadas, podría estar en los monasterios de la provincia a las que tanto daño causó la Desamortización de Mendizábal.
En la biblioteca de don Benito se encontró el valioso “Libro de obras” del Monasterio de Oseira, que, con buen criterio la Diputación devolvió al cenobio, su legítimo propietario; el “Libro de mapas” de Ortelio y algún otro. Especial valor tienen para Ourense los más de cien folletos impresos en imprentas ourensanas, muy difíciles de encontrar hoy y muchos de ellos desconocidos para los investigadores.
Desde su fallecimiento, su biblioteca permaneció en una vivienda familiar de Entrimo, amontonada, cubierta de polvo y excrementos de ratón. En 1990, Jaime Tejada, líder de Alianza Popular y emparentado con Fernández Alonso, decide entregarla en depósito a la Diputación presidida por José Luis Baltar. Ambos firman un papel en el que el presidente se compromete a que la biblioteca pueda ser reclamada por la familia de Tejada cuando él deje el cargo. La biblioteca está catalogada y, en algunos casos, restaurada. Jaime Tejada fallece y su hermana Elisa, viuda de Conde Corbal, reclama su parte de propiedad. Decide llevarse los libros de tema religioso que deposita en Oseira y se lleva para su casa el valioso Ortelio, después de que fuera sometido a una costosa restauración encargada por la Diputación.
En los últimos días doña Elisa Tejada lanza un ultimátum a la Diputación con la amenaza de que, en el plazo de unos días o compra la biblioteca (a un precio muy por debajo del tasado por los expertos de la Xunta antes de la crisis) o el futuro de ésta sería incierto (vendida libro a libro, por ejemplo).
Según la valoración hecha por técnicos de la Xunta hace unos años, la biblioteca de don Benito tiene especial valor para Ourense y debería de permanecer en donde está, dando valor y categoría a la “biblioteca de bibliotecas” de la Diputación, un interesantísimo proyecto del presidente Victorino Nuñez, hecho realidad pese a que en los últimos años esté sufriendo un inexplicable abandono y falta de interés.
Este es sin duda un tema merecedor de ser tratado por la Diputación y la familia Tejada con templanza y sentido común.’
Cabe hacer especiales aclaraciones a su opinión en lo que respecta al Ortelio en particular, porque parece que el aprovechamiento de su actual propietario sobre la restauración ‘carísima’ del libro comporta un desagradecimiento hacia la institución que encargó la misma aunque lo pagó, como tantas y tantas y tantas y tantas actuaciones de la época una Caixa Ourense que acabó donde acabó, intervenida como parte de la entidad bancaria superior en la que se fundió. Tristemente para Doña Elisa Tejada esta restauración ha causado un quebrando enorme del valor del libro pues los poco profesionales encargados de la restauración convirtieron el original en otro libro cuyo valor está en los mapas individualmente, no para ningún coleccionista que se precie. O sea que el perjuicio causado fue notorio y sin embargo ni una queja de Doña Elisa al entender que no hubo mala intención por parte de nadie.
Otra puntualización a la amiga Maribel Outeiriño es respecto al libro ‘legítimo’ que no legal devuelto por el señor presidente de la diputación, entonces Baltar padre, que sin autorización ni permiso de la propietaria decidió salir en la foto de los periódicos haciendo tan bonita donación. Pues aún hoy es el día en que ni una disculpa ni por supuesto compensación, pero hemos de decir que Doña Elisa lo hubiese hecho sin ningún problema en la ocasión última en que donó de esa biblioteca todos los libros religiosos al monasterio de Oseira. No en vano, ella y su esposo fueron amigos de Oseira desde tiempos muy anteriores, siendo Manuel Conde Corbal durante muchos años médicos de los monjes.
El comité de ética:
Esperpento, no se le cae la cara de vergüenza a nadie en este asunto sobre el presidente de la Diputación y dictamen que debían hacer al respecto. Prefieren la dimisión suya que pedirla. Y el otro pide otros miembros nuevos. Sería una coña si no tuviera aditivos como la cobardía y la sinrazón. En fin, que ya pueden seguir prestándose al régimen estos organismos que parece viven de él, forman parte del mismo. Vaya tropa.