¡El desentumecido’
Uno vive en su ciudad sometido a pasar por ser imbécil y además admirar al que lo trata como tal. Si no, ¿ como se entiende que hayan elegido nuevo espacio promocional de los eventos más importantes que se organizan en la ciudad con la pasta de las Administraciones Públicas, que coincida con el negocio de la cafetería ‘La Central’ que gerencia la mujer de Baltar? Ya pasó con el pasado Rallye de Ourense, que por primera vez hicieron stand delante de este negocio sin pensar en que la mujer del Cesar además de ser honrada lo parezca, pues si la escudería Ourense -tan laureada por todos, y por todos los que amamos las cosas hechas con la colaboración voluntaria de muchos, desinteresadamente- recibe una buena pasta de la diputación no debería dar lugar a la sospecha por medio de instalar el chiringuito al lado del negocio de la esposa del presidente que les suelta esa pasta; me parece a mí, claro. Pero por si solo el Rallye no fuera suficiente, ahora va el Festival de Cine, por primera vez desde sus veinte años de existencia, y monta tenderete justo en la misma La Central (este negocio que debe ser ejemplo de chapuza y sinvergüenza de quien busca beneficiarse a costa de todos por la gracia de sus contactos y poderes – ¿recuerdan que se extravió el expediente de esta concesión a un Hotel en unas condiciones que se han pasado por el arco del triunfo?-) con photocall incluido pegado a la entrada para que pasen y consuman los llevados hasta allí por la organización que los orienta tan descaradamente. En veinte años nunca habían pensado en esta localización pero este año la Diputación vuelve a poner pasta encima de la mesa de este Festival y ¡oh, casualidad! ocurre esto que denuncio. ¿Se podría explorar hasta donde puede haber connivencia? Conque le hagan a estas cosas el mismo caso que a la denuncia de la invasión de espacio público por parte de las terrazas de negocio privado, es para echarse a dormir como si el sueño fuera un muerto de eternidad esperando a una Carmena de turno.
Y en este apartado denuncia que irá a más en cuánto acabe el mes porque hace falta estar vivos y no dejar que nos muelan a costumbre de la mala, hoy no puedo dejar de copiar de La Voz de Galicia, el artículo del periodista Rubín que a continuación sigue porque es la única voz que parece atreverse a decir lo que piensa mucha más gente pero miedosa. Helo ahí:
‘El cronista podría parafrasear hoy, con modestia y admiración, a Antonio Machado y decir: «Ourensanito que vienes / al mundo te guarde Dios / uno de los dos Ourenses / ha de helarte el corazón». Porque hay un Ourense idílico, el que nos venden los gobernantes con frases rimbombantes, que nos lleva a pensar en Jauja y hay otro Ourense cotidiano que nos muestra su auténtica faz. Nos hablan (ahí está la reciente gala de la Ourensanía), una provincia de termalismo y turismo geriátrico, de paisajes bucólicos y productivas canteras, de arte románico y excelencias gastronómicas como si fuesen logros de los gestores actuales. Gestores que olvidan que los meandros del Sil, las fuentes termales de Verín, Molgas, Outariz, Laias o Partovia, las vetas de pizarra, las cumbres de Manzaneda o Trevinca, los monasterios de Oseira o Santo Estevo o los vinos de las cuatro denominaciones, son herencias seculares.
Lo que ya no es herencia es la realidad actual de una provincia en descomposición, sin líderes y con escasos referentes para enderezar el rumbo. Una provincia en la que el presidente de la Diputación está reprobado y en almoneda por unos hechos (ofrecer prebendas públicas a cambio de favores sexuales), que da repelús escribirlos. Una provincia en la que la mujer que denunció esta situación salió abatida y llorando tras horas de declaración ante un fiscal que, en teoría, tendría que fortalecerla y ampararla. Una provincia en la que el presidente de la Audiencia es expedientado por conductas constitutivas de posibles infracciones muy graves a las que tendrá que responder ante el Poder Judicial. Una provincia en la que el grupo antidroga de la comisaría es desmantelado tras la detención de su jefe. Y una provincia, en fin, en la que los principales partidos, PP y PSOE, eligen digitalmente a los candidatos para así premiar sumisiones o castigar rebeldías. Este es el Ourense real que al ourensanito que viene al mundo (y a esa inmensa mayoría silenciosa que vota con los ojos cerrados y la nariz tapada) tendría que helarle el corazón porque no hay peor ejemplo que el que dan quienes cobran de los impuestos de los ciudadanos para tener conductas intachables y, en cambio, las ofrecen motejadas por la duda de la inmoralidad.