- SAL EMERGUI
- Jerusalén para EL MUNDO
Tras la oleada de apuñalamientos de palestinos a israelíes en las últimas dos semanas, los cuatro ataques cometidos ayer en sólo dos horas provocaron la muerte de tres civiles israelíes, heridas a más de 20 y una serie de medidas de choque tomadas esta madrugada por el gabinete de seguridad. Por ejemplo, reforzar el amplio despliegue policial con el envío de soldados (no pertenecientes a unidades de combate) a centros urbanos y carreteras, autorizar a la Policía “cerrar o rodear áreas de violencia e instigación en Jerusalén de acuerdo a las consideraciones de seguridad” o enviar de forma inmediata 300 guardias de seguridad para proteger los medios de transporte de la Ciudad Santa.
“Además de la destrucción de las casas de los terroristas, no se permitirá una nueva construcción en el sitio donde la casa del terrorista fue demolida, se revocará la condición de residente permanente de los terroristas y las propiedades de los terroristas que cometieron ataques serán confiscadas”, anuncia tambiénel gabinete.
El mayor despliegue policial en Jerusalén se centrará en la Ciudad Vieja y en los accesos de los barrios de la parte oriental. La Policía, pues, tendrá luz verde-si lo considera necesario- de bloquear temporalmente los barrios árabes. De esta zona palestina en la que viven 250.000 habitantes con carné israelí procede el 80% de los 23 lobos solitarios que en dos semanas han reavivado los peores días de la Segunda Intifada.
El papel de los milicianos y hombres bomba de la última Intifada (2000-2006) es asumido ahora por jóvenes con cuchillos, hachas, atropellos y, a veces, pistolas, como ayer en un autobús de Jerusalén.
Si en la anterior Intifada los servicios de seguridad israelíes tenían como objetivo destruir la infraestructura de las facciones armadas que desde los territorios ocupados de Cisjordania y Gaza lanzaban sus efectivos a inmolarse en las ciudades de Israel, ahora el enemigo es invisible. Aparece en las redes sociales y remata en la calle. La ofensiva de los cuchillos -basada en la “defensa de la mezquita Al Aqsa” y alimentada en Facebook y Twitter- es menos letal que los atentados suicidas pero más difícil de evitar. Cuanto más sencilla sea el arma, más fácil es su uso. Algo que saben los 3.500 policías desplegados hoy en Jerusalén.
Aunque Hamas y Yihad alientan estas “heroicas acciones” y han aumentado su ascendencia en Jerusalén Este, la oleada no tiene jerarquía. No hay un brazo armado detrás sino miles de likes en Facebook y una realidad marcada por el desempleo juvenil, la penetración religiosa más radical, la convicción de que Israel “pretende destruir las mezquitas para construir el templo” y el olvido de las autoridades. Ni siquiera la reanudación del proceso de paz serviría para dar esperanzas a unos jóvenes en Jerusalén Este que odian a Netanyahu y pasan del rais Abu Mazen.
Gran parte de los atacantes proceden del barrio palestino de Jabal Mukaber. Como Ala Abu Jamal. Cuando dos familiares suyos asesinaron hace un año a cinco israelíes en una sinagoga de la ciudad, este empleado de la compañía telefónica Bezek, fue claro: “Es algo que se espera de una persona valiente y que pertenece a su pueblo y al islam. Lo hicieron por la presión que ejerce el Gobierno del ocupante contra los palestinos, Jerusalén y Al Aqsa”.
Ayer, Abu Jamal usó la furgoneta de la empresa israelí para arrollar una parada de autobuses en el barrio religioso de Geula. Como enseñan las imágenes captadas por una cámara en la calle Maljei Israel, atropelló y mató a un viejo rabino, salió del coche poseso del odio con un cuchillo y buscó victimas. Hirió a varios antes de ser abatido por un guardia.
Pero el atentado más grave en el Día de la Ira tuvo lugar cinco minutos antes en el autobús 78, entre la localidad judía Armon Hanatziv y Jabel Mukaber, en la zona ocupada por Israel en la guerra del 67. Dos palestinos -uno con un cuchillo y otro con una pistola- subieron al autobús y apuñalaron y dispararon a los pasajeros. Dos muertos. El conductor consiguió abrir las puertas hasta que los dos terroristas fueron abatidos por policías. Uno murió y el otro resultó herido. “Dispararon, apuñalaron y gritaron ‘Ala Akbar’ (Alá es grande). Vi a un viejo caer al suelo. Son unos salvajes”, relata Roni que no olvidará el viaje.
Los ataques han multiplicado el miedo, la rabia y la sed de venganza en Israel. Botón de muestra: en un supermercado de Kiriat Ata, un israelí apuñaló e hirió ayer a una persona pensando que era árabe. Tras ser detenido, le informaron que el atacado era judío. Ciega venganza.
“Las anteriores olas de terror no consiguieron expulsarnos de Israel y tampoco lo conseguirán ahora”, declaró Netanyahu que se dirigió a Abu Mazen . “Deje de incitar a la violencia y de decir mentiras sobre el Monte del Templo [Explanada de las Mezquitas]”, le dijo reiterando que se mantiene el status quo. Y criticó el apoyo de la Autoridad Nacional Palestina a algunos de los atacantes.
El secretario general de la OLP, Saeb Erekat, responsabilizó a Israel “del círculo de violencia y derramamiento de sangre” y denunció que “muchos niños palestinos han sido ejecutados a sangre fría” por lo que acudirá a La Haya. Según él, los menores abatidos en ataques denunciados por Israel son víctimas y no atacantes. También criticó el uso de fuego real israelí en los disturbios en Cisjordania, como el que anoche acabó con la muerte de un palestino en la zona de Belén. Desde el inicio de la escalada el 1 de octubre, han muerto 30 palestinos-una docena abatidos durante sus ataques con arma blanca o de fuego- y 7 israelíes.
El pesimismo reina en el barrio palestino de Beit Hanina. “Estos chavales tienen el cerebro lavado en las redes sociales. Se ven sin futuro, con Al Aqsa en peligro y marginados”, comenta Salim a EL MUNDO. Este palestino, que trabaja en la parte occidental de Jerusalén, le da un consejo a Netanyahu: “El problema no se soluciona con más fuerza. Se especula que quizá ordene el cierre de algún barrio palestino pero sería más efectivo si cierra Facebook”.
1 comentario en “Israel en llamas”
“Los menores abatidos en ataques denunciados por Israel son víctimas y no atacantes”
“El problema no se soluciona con más fuerza”.
En el fondo son los mismo argumentos que utilizan los separatistas catalanes. Y aún existe gente que se los traga, los de unos y los de los otros.