Marianico, el del jersey pulligan en la espalda de juventud pontevedresa de casino, se transforma con sus gafas tuneadas de innovación que le saca la sonrisa de un ¡más guapo que nunca! que se siente en el poder, inauguró esta feria de la que tenemos noticia en Ourense porque el político más universal que jamás hayamos podido imaginar fue invitado expresamente, al parecer, para orientar al mundo por donde debe tirar. Claro es que podía comenzar por preparar su tierra debidamente para que todo el mundo trabaje, ya que la realidad de Ourense es exportar trabajo en las manos y mentes de los que salen a buscarse las habichuelas fuera, no por gusto sino porque dentro no hay casi nada. Con Marianico pasa otro tanto a distinta escala, aquí cabe hablar de interplanetaria porque en otros planetas parece habitar normalmente. En fin, lo que huele toda esta propaganda de inversiones en lenguaje anglosajón es a Enron o Arndersen, o burbujas que estallaron en todas las narices de los ciudadanos que no nos enteramos lo que vale un peine, porque el capital o capital riesgo juega en otra mesa privada que desconocemos. El ecosistema de startups vive su particular ‘frenesí’ inversor. Pero no sólo entre firmas de capital riesgo con sello español. También entre fondos extranjeros, que han depositado sus esperanzas en proyectos surgidos en España. En diez de las mayores inversiones que han tenido lugar en los primeros nueve meses del año 2015, nueve han contado con dinero de gestoras foráneas. Accel Partners, que apoyó a proyectos tan destacados como la red social Facebook, la compañía de almacenamiento en la nube Dropbox o Spotify, ha participado en, al menos, tres de esas principales operaciones en España (Wallapop, CartoDB y Packlink). Y es algo que también se pone de relieve en la cuarta edición del South Summit, cuya inauguración tuvo lugar este miércoles en la Plaza de Toros de las Ventas. Durante tres días, más de un centenar de fondos internacionales se dan cita para buscar oportunidades de inversión entre startups españolas.