Con huevos se hace el bizcocho de elcercano que cada día obsequiamos con el café, hasta agotar existencias. Son huevos positivos, porque sirven para hacer el bien y no mires a quien, y utilizados por buena gente como Paloma. Pero así como contamos con huevos en buenas manos, también existen manos malas que convierten el huevo en objeto malo y de agresión. Así nos pasó ayer en elcercano cuando desde una ventana o balcón ‘alguien’ nos tiró dos huevos que impactaron uno contra el suelo pero otro, lo grave y denunciable, contra una persona que estaba sentada contra la pared debajo de un toldo. No me lo creía por mucho que viera la mancha de la amiga que vino a comentarme totalmente sorprendida la maldad que habita en alguna persona de enfrente de nuestro local por la parte posterior. El que impactó contra el suelo lo hizo al estar yo charlando en el exterior tratando de buscar una explicación lógica. Indudablemente, como pasa siempre en estos casos de agresión a traición, el cobarde se ocultó de inmediato pues no me fue posible advertirlo. ‘Hijo puta’ sonó en todo el patio de manzana con el estruendo de cual si fuera bomba de guerra mundial. Pero es que la maldad acompañada de la cobardía es un cóctel que hay que erradicar de raíz para que no joda gargantas, estómagos y cabezas al personal. Por la trayectoria del impacto, en elcercano contamos con gente cercana al C.S.I., ya hemos podido descartar muchas posibles posiciones desde las que nos quieren reventar los huevos, así que hay que ver si hay suerte y el día menos pensado encontramos al cabrón con los huevos en la masa o las manos en los huevos, y a por él.