Estalló la polémica en torno a la serie más antigua de la televisión española, Cuéntame. Y ¿Qué quieres que te cuente? Pues eso, que esta chica, Pilar Punzano, que hacía el papel de hija del señor Alcántara (Imanol Arias) va y denuncia públicamente ciertas maneras despóticas e irregularidades varias que estallan sobre la cabeza del actor al que Ourense (perdón, Baltar padre y su invento nachil para hacer amigos importantes a costa de la pasta de la Diputación) distinguió otorgándole el premio ‘Cidade de Ourense’, en teoría por su ourensanismo de pro (¿alguien puede constatar que hizo este señor a favor de Ourense?, ¿alguna declaración en estos años donde siquiera nombrara Ourense en algún lado?; y es que los políticos asesorados por los negociantes de las relaciones mercantiles entre instituciones y privados, son unos auténticos esperpentos que ya no engañan a nadie con sentido de la decencia). Pues bien, este señor no es tan blanco como un ángel ni tan generoso y simpático como trasciende en su papel merecedor reconocimiento público.
P:asen y lean la entrevista Ana Mellado en ABC con Pilar Punzano y saquen ustedes sus propias conclusiones.
La buena sintonía de la familia Alcántara saltó por los aires el pasado lunes después de quela actriz Pilar Punzano (hasta ahora Inés Alcántara, en «Cuéntame») publicase una durísima carta contra su excompañero de reparto Imanol Arias, y contra la productora Ganga. Punzano ha sido sustituida de la exitosa ficción española por Irene Visedo y un comentario vertido por Imanol, en el que calificaba como error su salida de la serie, desató la ira de la actriz madrileña. Tras cinco años recorriendo las calles de San Génaro y compartiendo escena con los personajes más entrañables de la pequeña pantalla, Punzano considera que ha llegado el momento de hablar. «No me he ido, me han echado. Tengo puesta una demanda por despido improcedente. Tienes la lengua tan larga como las manos, ex padre». Sus palabras han zarandeado los pilares deuna de las serie más longevas de la televisión española
—¿Esperaba una repercusión tan brutal hacia su carta?
—Me ha sorprendido que haya tenido tanta difusión. Tengo Facebook desde hace ocho días y la verdad es que no lo controlo muy bien. Escribí eso para mis amigos. Mi idea era hacer un comunicado oficial de prensa con partes de la demanda, de una manera menos visceral y con más pruebas. La carta la retiré el lunes por la noche ante el aluvión de llamadas de los periodistas. Pero no me arrepiento de nada de lo que pone ahí.
—Imanol Arias le ha pedido públicamente disculpas…
—Pide perdón, pero por otro lado atiza. Ya lo conozco y así es él. Se le ha ido la lengua muchísimo. Conmigo no ha sido un compañero ejemplar. Él me desprecia y me dice que no soy nadie. Cada vez que le cuentas un problema, no quiere saber nada. Se supone que es líder en el rodaje y, desde mi punto de vista, tiene una responsabilidad.
—En su opinión, ¿cómo es la relación de Imanol con el resto del equipo?
—Imanol es simpático, pero de corazón no se acerca a nadie. En general, toda la cúpula de la serie es así. Me están escribiendo un montón de compañeros diciéndome «eso me ha pasado a mí», incluida Emma Suárez (fue Elisa en la quinta temporada). Lo que digo en la carta es real. El nivel de peloteo que existe hacia tres personas es exagerado. El resto no importan. Te tratan fatal. Lo único que les preocupa es el escaparate en el que viven.
—¿Puede concretar quiénes son esas tres personas a las que se refiere?
—Son una cuadrillita de amigos que se han asociado para hacer esto. Ellos son los que siempre salen en las fotos. Miguel Ángel Bernardeau (productor), Ana Duato (Mercedes) e Imanol Arias (Antonio). Entre ellos se lo guisan y entre ellos se lo comen. No me parece mal si tienen un proyecto y lo sacan adelante con honestidad, pero luego, al ver lo mal que se portan con la gente… Sobre todo porque están manejando dinero público. No les importa la calidad de los guiones. Todas las ideas que propones son ninguneadas. Hay un control mental sobre los empleados a base de miedo. Nadie les pone límite porque si lo haces, te echan. Son reyes perdidos en su éxito.
—Hasta ahora nadie había mostrado ese lado tan amargo de la serie.
—Todos se han callado. Y esto le afectaba a todo el mundo. Yo hablé con Roberto Cairo (Desi) antes de morir y estaba quemado con ellos. Fue la primera vez que oí hablar sobre esa gente de una manera así, pero hasta que no te pasa a ti… Como tienen esa pátina de buena educación… No hay amigos en ese lugar, no hay agradecimiento.
—¿Qué considera que es lo que enturbia el ambiente de trabajo?
—Ellos creen que son el centro del universo. Tantos años de éxito deben afectar a la cabeza. Era la primera vez en que yo estaba en un lugar con tanto éxito como «Cuéntame». Pero la gente acaba enroscada en sí misma. Yo creo que forma parte de la psicología de vivir un pelotazo semejante. Una entra dándolo todo y lo que tienes son chinches. Te van chupando la sangre.
—En su carta afirma que no se ha ido, sino que la han despedido.
—El problema llegó al decir la verdad. Me han echado del trabajo por pedir una cosa que es justa y, encima, me he enterado de mi despido por la prensa. Con que me devolvieran el dinero que me han quitado de las nóminas era suficiente. En la declaración de la renta salta todo. Cuando voy a hacer la declaración de la renta, veo que me han retenido un 44% de IRPF. Yo no cobro como para eso. Les llamo y les digo «os habéis pasado con la retención» y me dicen que no. Con unos contables iba haciendo unas cuentas y ellos me mandaban otras.
—¿El regreso de Irene Visedo ha desconcertado tanto a sus compañeros como a la audiencia?
—No tengo ni idea de eso, ni me interesa. Imanol dijo que se enteró el día de la lectura de guión de que yo me iba. Yo me enteré un mes más tarde. Hay un secretismo brutal, aparte de que les encanta mentir.
—¿Tiene algún proyecto en mente?
—Bueno, esto ha pasado hace un mes. De momento sólo quiero enfocar este problema. Tengo una demanda contra ellos. Soy David enfrentándome a Goliat.