El PP gana en número de votos y concejales, pero sufre un castigo durísimo. Pierde más de diez puntos, dos millones y medio de votos, y se queda sin gran parte de los ayuntamientos que gobierna. Y el PSOE se deja dos puntos y un millón de votos con el peor resultado de su historia, pero recupera poder municipal. A la espera de los pactos, lo único claro es que el mapa político ya no es el mismo, que las mayorías absolutas se acaban, que habrá vuelco municipal a la izquierda y que el bipartidismo toca a su fin. El mayor símbolo de ese cambio es que Madrid y Barcelona pueden estar pronto en manos de partidos surgidos de movimientos sociales.
Los populares experimentan una debacle. Pierden casi todas las mayorías absolutas en las grandes ciudades, por lo que no tienen garantizada prácticamente ninguna alcaldía en las capitales de provincia. No solo están a punto de quedarse sin algunas de sus plazas emblemáticas, como Madrid, Valencia o Valladolid, sino que pueden perder capitales andaluzas como Sevilla, Huelva o Cádiz, mientras el PSOE sube dos puntos en Andalucía respecto al 2011. Allá donde gana sin mayoría absoluta, el PP tendrá que pactar o esperar a que no se articule una mayoría alternativa de izquierda.
El batacazo del PP, que alcanza su cénit con la pérdida de la alcaldía de la capital, va más mucho allá del que cabía esperar tras la inmensa acumulación de poder municipal que logró en el 2011 y puede interpretarse como un voto de castigo contra el Gobierno de Mariano Rajoy y también como un serio aviso a los populares de cara a las elecciones generales por los casos de corrupción que afectan a este partido.
Pese a no alcanzar sus expectativas, la explosiva irrupción de Ciudadanos, que pasa de tener un centenar de concejales en toda España a situarse como tercera fuerza municipal, ha sido el tercer factor que ha acabado por desguazar el poder local del PP. Pero si duro es el castigo a los populares, malo es también el resultado del PSOE, que desciende en número de votos y de concejales. Los socialistas reducen a dos puntos la distancia con el PP, que en el 2011 era de diez, pero ceden a otros buena parte de sus apoyos municipales. Entre los partidos emergentes, y a pesar de que Podemos no se presentaba con su marca, son las plataformas ciudadanas en las que se integraba las que ocupan una mayor porción del espacio perdido por el bipartidismo. Pero es la formación de Albert Rivera la que puede tener la llave de una gran parte de los ayuntamientos.
Las opciones de Ciudadanos
Un pacto de Ciudadanos con el PP en el conjunto de España podría ser determinante para que los populares retuvieran el Gobierno en varias capitales. Pero cabe la posibilidad de que el partido de Albert Rivera decida apoyar o dejar gobernar a la lista más votada en cada municipio, independientemente de las siglas, lo que propiciaría gobiernos del PSOE en numerosos ayuntamientos. La otra noticia de la jornada es la victoria en Barcelona de Ada Colau, candidata de Barcelonaen Comú, en la que también se integra Podemos. Con Manuela Carmena en Madrid y Ada Colau en Barcelona, en donde los socialistas sufren un batacazo histórico, Podemos obtiene paradójicamente sus mayores éxitos en dos plazas en las que no se presenta.
1 comentario en “Nuevo mapa político”
Parece que el futuro político, estimado Moncho, está en esas nuevas alternativas partidarias tan interesantes y repletas de nuevas ideas como Ciudadanos, Podemos y demás candidaturas que dicen de unidad popular, o a nivel gallego, las llamadas mareas. Incluso en el círculo exclusivamente local en personas tan combativas como ese tal Jácome que recogió los votos de la indignación orensana. Lo resumió muy bien el cursi de Iñaki Gabilondo en la crónica de hoy en El País: lo realmente histórico de la jornada de ayer es “la llegada de viento limpio y fresco de la calle”. Yo me pasé el día caminando por Santiago a ver si pillaba algo. La verdad, sólo sentí la brisa ligera de un agradable día de primavera. Pero no es cosa de impacientarse, que estas cosas del sentir requieren su tiempo.