La compañía textil Adolfo Domínguez ha comunicado a los sindicatos su intención de hacer un expediente de despido colectivo, modificar las condiciones de trabajo y movilidad de los trabajadores con el fin de asegurar la viabilidad de la compañía, que cuenta con cerca de 1.600 empleados.
Para ello ha convocado a la representación legal de los trabajadores para que constituyan, en el plazo de siete días y de acuerdo con la normativa legal aplicable, una comisión representativa para la negociación del expediente, que de momento se desconoce a cuántos trabajadores puede afectar.
Según señala la compañía, esta medida tiene como objetivo posibilitar la “adecuada y ordenada” reorganización de sus recursos que permita asegurar el proyecto empresarial.
En este sentido, subraya que esta decisión es fruto de un análisis detallado de la situación actual y persigue encontrar soluciones a los problemas estructurales de la compañía de cara al futuro.
En un comunicado, Adolfo Domínguez insiste en que este proceso busca definir medidas que respondan a la necesidad de la compañía para adaptarse a unas circunstancias de mercado “muy exigentes que obligan a introducir ajustes a fin de garantizar la eficiencia y la viabilidad a largo plazo”.
La compañía subraya además que esta medida se hace desde el respeto a sus trabajadores y con transparencia, buscando el diálogo permanente con los representantes de los trabajadores a fin de alcanzar una solución consensuada.
El grupo perdió 11 millones de euros en el ejercicio 2014, finalizado el 28 de febrero, un 7,5 % más que un año antes, por una disminución de las ventas y los gastos no recurrentes que tuvo que afrontar la compañía.
Las ventas se redujeron en un 8,2 %, hasta los 121,5 millones de euros, principalmente debido al plan de cierre de tiendas en España y Portugal consideradas no estratégicas y que no registraban un ebitda positivo.
En total, la empresa prescindió de 70 puntos de venta: 53 en España y Portugal y 17 en el exterior.
El pasado año, el sindicato CCOO denunció que la empresa había despedido a 40 personas en Ourense en lo que va de año y rechazaban el goteo de despidos por parte de la empresa.