Ayer se declaró un incendio en la cocina de una tapería a las 6 de la tarde, según leemos a Fraiz en El Faro de Vigo, a escasos metros de la puerta norte de la Catedral, centro histórico de la ciudad. El fuego se extendió favorecido por la estructura de madera del local llamado La Casa del Pulpo, y gracias a la reacción rápida de los 11 bomberos ourensanos que llegaron con tres camiones autoescalera la cosa no llegó a mayores que la cocina del local destrozada y parte de la escalera, amén del humo que invadió a colindantes y desalojo de sus cajas. Pero dada la hora en que no había terrazas ni clientela el incendio quedó para la historia y trabajo próximo de aseguradoras y propietarios.
Lo que cabe reflexionar sobre lo acontecido es que 11 bomberos fueron a jugar el partido sin siquiera reservas en el equipo. Es un problema de dotación que se viene reivindicando en un Ayuntamiento donde sobran otros funcionarios y se desarrollan tareas de simple publicidad y propaganda que se llevan recursos necesarios en otros lados.
También, claro, cabe pensar en cuales son las condiciones en que se está explotando una zona que se quiere convertir en temática porque no hay más visión ni imaginación en la cantera. Llegará el momento que se morirá de éxito por tener tan explotada la zona.