Es su promesa electoral estrella: derogar la reforma laboral de Mariano Rajoy y aprobar un nuevo Estatuto de los Trabajadores que la dirección del PSOE compara con “la retirada de las tropas de Iraq” en 2004, porque se hará “el primer día de Pedro Sánchez en el Gobierno”. Un paquete de medidas que promete una bajada de 10 puntos en la temporalidad (del 24 al 15%, tres tipos de contrato, subida del Salario Mínimo Interprofesional, y, lo más novedoso: “devolver el poder a los sindicatos en la negociación colectiva”.
Medidas anunciadas por el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, en su intervención en la reunión del grupo socialista en el Senado, donde explicó que se trata de priorizar a los sindicatos sobre los comités de empresa a la hora de negociar los convenios coletivos.
Aunque al mismo tiempo, ha anunciado una “ley de participación institucional” con el objetivo de “clarificar el papel de los agentes sociales y la financiación de sindicatos y empresarios”. En definitiva, más financiación para los sindicatos reforzando su papel en la negociación colectiva, pero con más control a través de esta nueva normativa que pretende aprobar el PSOE en el primer mes de gobierno, si es que son elegidos mayoritariamente en las urnas.