Este es el comunicado de Susana al respecto de su marcha de Democracia Ourensana y del Concello de Ourense: “Pongo en su conocimiento que esta mañana [por ayer] he registrado en el Concello de Ourense mi renuncia al acta de concejal obtenida en las pasadas elecciones municipales como número dos de la lista de Democracia Ourensana, formación en la que me integré como independiente”. Y explica que “a lo largo de estos años he intentando aportar al grupo municipal el mejor trabajo posible en la oposición, con mayor o menor fortuna, con honestidad y con la convicción de llevar a cabo la defensa de los intereses de la ciudadanía a la que me debía”.
Susana explicó con elegancia sus diferencias con el compañero Gonzalo que al parecer le hicieron tomar el camino. La cosa llevaba gestándose varios meses. Quizás la gota que colmó el vaso de esta pareja que hizo bien su trabajo como policía bueno y policía malo para destapar asuntos turbios del Concello de Ourense (donde se campaba a las anchas, y al tiempo estrechas miras, para hacer lo que le viniese en gana a los gobernantes), la gota -decía- que colmó el vaso fue la propuesta de ERE que postuló en su momento Jácome y su último ataque a los privilegios del funcionariado del ayuntamiento.
Es verdad que ha habido contactos entre Susana y Ciudadanos de Ourense, ciertamente interesados en su fichaje como cabeza de cartel electoral para las próximas elecciones, pero aún no hay decidido por este lado, pues es normal que Susana se lo piense detenidamente para no arriesgar su crédito político en el futuro. El tiempo es corto y la solución pronto porque a Ciudadanos Ourense los apremia la organización central.
Gonzalo Jácome ha recibido un duro golpe en su línea de flotación, pues Susana era un baluarte seguro, pero ya sabemos los ourensanos que este hombre es impredecible y tiene también ‘sus buenos seguidores’ que lo apoyan decididamente. Que Dios reparta suerte.
(Foto sacada del Faro de Vigo)