Sí, ya están en casa los 42 ourensanos que han permanecido atrapados cuatro días en Estambul por culpa de la nevada en aquel país. Desde luego no parecen ciertamente aventureros sino típicos turistas de este siglo donde conocer lugares bien programados por la guía es su máxima inquietud. Claro está, a buen precio como colectivo unido para tal beneficio. Y muchos de ellos profesores de un instituto ourensano que aprovechan con motivo del carnaval estas fechas ‘únicas’ para los funcionarios públicos con más vacaciones para viajar a otro país. Lo llevan haciendo desde hace cinco años. Berlín, Roma, París y ahora Turquía, donde no podían prever la inclemencia del tiempo como enemigo de su idílico viaje. Ante la contrariedad de no poder regresar en su vuelo normal, hora y día señalado, y la consecuencia de un caos natural en países distintos al nuestro que tienen que afrontar una circunstancia anómala e importante, los nervios, protestas y quejas se apoderaron de los ‘aventureros’ viajeros hasta extremos de participarlo a autoridades y resto de vecinos, como si realmente les fuera a importar a muchos que no pueden viajar siquiera a Oporto o La Cañiza por culpa de estar en gran crisis, y porque además no juntan ni dos días libres en su trabajo. Parecía que estaban en alguna guerra por haber tenido que pasar unas cuántas horas incómodas en el aeropuerto que cerró la nieve, para ellos y demás viajeros correspondientes a nada menos que 600 vuelos. ¿Se quejarían igual el resto?. «Estivemos 41 horas sen durmir, pero o peor de todo foi a incerteza, porque ninguén falaba nin castelán nin apenas inglés», explicaba uno de los pasajeros sin tener en cuenta que el destino lo eligieron libremente y que allí se habla turco. Después ya descansaron en un hotel de cinco estrellas, hasta ayer que regresaron. «Lo peor es que nos han tratado mal. Estaban desbordados y nerviosos porque tenían a 7.000 personas atrapadas en el aeropuerto». Pues ya saben, otro año quédense y así no pasarán esos malos ratos. «Menos mal que ya les tenemos aquí». decía alguien, como si vinieran de la guerra.