3.000 vidas salvadas en 60 días faenando en las aguas del Canal de Sicilia por 3 millones de euros. Son las cifras de la primera operación de salvamento de inmigrantes privada, puesta en marcha por los Catrambone, una familia maltesa a la que le sobraba el dinero y las ganas de ayudar a los demás. Tras toparse con el cadáver de un hombre flotando en mitad del Mediterráneo cuando navegaba con su yate en el verano de 2013, esta pareja que gestiona una empresa dedicada a los seguros en zonas de conflicto decidió actuar. “Entendimos que era uno de los muchos inmigrantes que intentaba atravesar el mar. Mi marido y yo nos miramos y decidimos que no podíamos permanecer indiferentes”, contaba Regina Catrambone en un reciente encuentro de varias ONG en Roma.
El empujón final a esta idea única, pues hasta ahora nadie se ha animado a seguir sus pasos, llegó con los terribles naufragios de dos embarcaciones cargadas de indocumentados frente a la isla italiana de Lampedusa en octubre del año pasado, en los que murieron alrededor de 400 personas. También contribuyeron las palabras del Papa Francisco, quien dijo que no podía continuar la “globalización de la indiferencia” ante esta tragedia. Utilizando sus ahorros, los Catrambone compraron un barco de 40 metros de eslora, el Phoenix, al que equiparon con la última tecnología para socorrer a los inmigrantes en alta mar, incluidas dos lanchas hinchables y dos drones, utilizados para localizar las pateras en dificultades.
Tras toparse con un cadáver flotando en mitad del Mediterráneo cuando navegaban con su yate, los Catrambone decidieron actuar. Han salvado 3.000 vidas en 60 díasEl Phoenix tenía una tripulación de 18 personas, entre las que había sanitarios y personal especializado en los rescates. La nave lleva atracada en el puerto de La Valeta (Malta) desde el 31 de octubre pues, tras dos meses surcando las aguas del Mediterráneo central, los tres millones de euros que han costado la operación y el barco han dejado sin fondos a los Catrambone.
“Nos gustaría volver a estar activos en marzo o en abril del año que viene. Para hacerlo necesitamos alrededor de un millón y medio de euros con los que costear tres meses en el mar. Esperamos llegar a esa cifra lo antes posible. Hasta ahora hemos recibido más de 30.000 euros en donaciones a través de nuestra página web, pero todavía nos queda un largo camino”, explica a El Confidencial Martin Xuereb, general de brigada retirado del Ejército maltés y director de esta operación de salvamento de inmigrantes. “Si conseguimos que 50.000 personas aporten cada una 30 euros seremos capaces de salvar cientos de vidas. Nadie merece morir en el mar”.
El dron del Phoenix I a punto de aterrizar sobre cubierta al sur de Malta. (Reuters)“Las historias que más nos conmovieron fueron las de los ancianos”
“Decidimos usar todos nuestros ahorros para contribuir a salvar vidas humanas”, explica Regina Catrambone en declaraciones a La Repubblica. “Es cierto que somos ricos y que teníamos ahorros importantes. Podíamos haberlos invertido en otro negocio, pero decidimos crear Moas (acrónimo de Migrant Offshore Aid Station, estación de ayuda a los migrantes en alta mar). Y estamos felices de haber tomado esa decisión: salvar incluso una sola vida humana es algo muy grande”. Cuando te encuentras frente a “mujeres y niños, algunos recién nacidos”, con hambre y sed y que no tienen ni un salvavidas, “no puedes dejar de intervenir, no puedes dejar de ayudarles”.
‘Si conseguimos que 50.000 personas aporten cada una 30 euros, seremos capaces de salvar cientos de vidas’A bordo del Phoenix los inmigrantes recibían agua, comida, mantas y atención médica. “Nuestro primer objetivo es evitar que se pierdan vidas en el mar”, cuenta Xuereb, para quien las misiones más difíciles fueron las que se tenían que llevar a cabo por la noche o con mala mar. Entre las desgarradoras historias de “desesperación y esperanza” que les escuchó a los inmigrantes rescatados, las que más le conmovieron fueron las de los ancianos, a quienes casi siempre encontró tristes. “En su crepúsculo vital estas personas han tenido que dejar sus vidas detrás y dirigirse hacia lo desconocido”.
El Phoenix ha trabajado durante estos dos meses en estrecha colaboración con la operación Mare Nostrum, ordenada por el Gobierno de Roma tras la tragedia de Lampedusa. En un año, este despliegue militar logró socorrer a más de 100.000 personas, pero los 9 millones de euros que le costaba al mes a las arcas italianas y la falta de apoyo por parte de sus socios europeos hizo que el Ejecutivo de Matteo Renzi decidiera ponerle fin al comenzar noviembre. Ha sido sustituido por el operativo Tritón, coordinado por Bruselas pero con medios mucho más modestos.
Christopher Catrambone posa junto al dron del Phoenix I. (Reuters)“De las 3.000 personas que rescatamos, 1.463 fueron asistidas a bordo del Phoenix. Todos los emigrantes fueron luego desembarcados en Italia”, cuenta Xuereb, quien alaba el trabajo de los italianos y considera que Mare Nostrum fue una operación “exitosa y admirable”. Sin querer entrar en detalles de política de inmigración comunitaria, pide que cualquier iniciativa en el Mediterráneo tenga en cuenta “la búsqueda y el rescate” de inmigrantes. “El mínimo es asegurar que no se pierden más vidas”, pide.
Catrambone, por su parte, insta a los países de la UE a que actúen, pues no se puede permanecer inamovible frente a un drama “de dimensiones apocalípticas”. “Nosotros hemos hecho y querríamos seguir haciendo nuestra pequeña parte, pero es necesario que los Gobiernos europeos participen en las misiones. La operación Mare Nostrum no puede acabar así. ¿Cuántos niños, mujeres y hombres acabarán en el cementerio del mar si no les socorre nadie?”, se pregunta. Se calcula que alrededor de 20.000 personas podrían haberse ahogado en el Mediterráneo en las últimas dos décadas cuando trataban de alcanzar Europa escapando de la guerra, la persecución o la miseria en sus naciones de origen. Como sostienen tantas otras personas implicadas en la asistencia a los inmigrantes, Catrambone también pide la puesta en marcha de “pasillos humanitarios” que permitan a los indocumentados llegar a Europa de forma segura.