Realmente es sorprendente reconocer sin estudio ni preparación, sin ser erudito de las letras ni siquiera asiduo de la lectura del verso, para celebrar conjuntamente la presencia de un tipo como David Hernández Sevillano que con su sencillez y palabra directa nos ha ganado a la audiencia ayer. Un placer escucharlo recitar sus propios versos intercalados con la música de piano que el siempre atento Ángel está dispuesto a adornarlo. Que un premiado poeta que para varios críticos nacionales pasa por ser un presente ya de la poesía española de este tiempo nos regale su tiempo y su palabra, merece nuestro agradecimiento a Javier de Eurisaces que lo ha hecho posible.