Cuando en el anterior articulo señalé que en el largo plazo, el “buscador” que es sincero, reconoce por fin la parte de autoengaño contenida en su “verdad”, empieza a conocerse mejor a si mismo, y si en vez de quedarse solo con su frustración y desengaño, regresa al punto de partida, puede que descubra el punto cero del Vacio Univeral, de la auténtica ecuanimidad y Sabiduria que andaba buscando su ego. Si es asi nunca mas volvera a emprender otro camino, por la sencilla razón de que en el vacio no tiene existencia un ego buscador, pero si no es asi, que es lo mas corriente, puede que emprenda un nuevo camino, todo menos quedarse sin nada, en el vacio, en el punto cero. ¡He ahí su perdición de nuevo!. Otra vez a explorar nuevos horizontes de ilusión, con la excusa de querer autorealizarse o ser auténtico, o simplemente la necesidad de hacer algo por, y para si mismo , y que ademas es legítimo y que cada uno es libre de hacer de su vida lo que quiera.
Uno de los trabajos del psicólogo con sus clientes, es precisamente darles una motivación, un ideal o una ilusión que les pueda satisfacer y hacer mas agradable la vida. Pero el buscador de la Verdad, o su verdad, cree que no le hace falta el psicólogo, pues él cree estar en un camino mas alto y hasta puede que lo esté, pero normalmente le falta recorrerlo hasta el final. Muchos son los que se inician, sea con las ideas que sean, incluso conociendo intelectualmente el principio y el final, pero les faltan los pasos intermedios. Muchas veces, mas que tratar de realizar obsesivamente el fin que se busca, es el saber aplicar bien el método que se utiliza, para que el fin buscado surja de la maduración natural necesaria y por su propio peso; es decir, que hay que vivirlo, experimentarlo diariamente, por lo que es mas importante el cómo lo haces, que el que intentas hacer. Es ahi donde tiene su función un guia cualificado, pues a medida que se evoluciona en el camino, el autoengaño del ego es cada vez mas sutíl y dificilmente observable por uno mismo. Esto hace que el iniciado sufra a veces mas de la cuenta, por su terco individualismo, que él suele confundir con auténticidad, pero que solo le lleva al estancamiento en su camino, en vez de evolucionar mas en el mismo.
El sutil autoengaño del ego subsiste, en mayor o menor medida, mientras no se ha experimentado y mantenido otra forma de vida interior, profundamente distinta de la habitual y que sin embargo el observador normal no percibe la diferencia.Por eso se dice que solo el mistico conoce al mistico. La grande y aparentemente invisible diferencia, radica en que el iluminado vive sin motivo alguno, mientras que la persona normal no sabe o no puede vivir sin él, por lo que está siempre atrapada por la ilusión de conseguir algo, pensando que cuando lo obtenga será feliz. Cuando una y otra vez el buscador de la Verdad comprueba que no es asi, pues no le valen los “sustitutos”, puede que llegue a ese punto cero del Vacio Universal y encuentre por fin la auténtica felicidad que busca, al comprender, profundamente, que es de este Vacio de la consciencia del que proviene todo. Por el contrario, la persona normal, por mucho que diga que tambien medita o que no medita, o que hace esto o lo otro… siempre se volverá a algo mas o menos parecido, e incluso lo peor que le puede pasar es que encuentre lo que busca y triunfe en ello, pues entonces se engreira mas en si mismo y quedará con mas razón atrapado en ello mas tiempo, y si no es asi buscará de nuevo “algo” que sustituya a su anterior afán, encadenandose asi indefinidamente a una “normal”anormalidad, pero ya sabemos que “mal de muchos …”
Todo esto, un monje zen, con el lenguaje breve y conciso pero profundo que les caracteriza,lo resumia asi, cuando el principiante (persona normal) le preguntaba por cual era la Verdad: “Cuando como,como. Cuando bebo bebo, y Cuando duermo, duermo ”
La persona normal cree que ella tambien puede hacer lo mismo, por eso el principiante le contestó: “Pero eso no es nada extraordinario, yo tambien lo puedo hacer.”
Entonces el monje le hizo ver clara la diferencia al contestarle: “Vd. no puede hacerlo, pues cuando come no solo come sino que está pensando en otras cosas, cuando bebe igual y cuando duerme su cerebro no solo duerme sino que sigue con sus sueños.”
EL VERDADERO CAMINO:”EL NO CAMINO” (2)
