Ya desde el famoso “Mito de la Caverna” de Platón, pasando por la filosofia kantiana posteriormente y desde distintas ramas del saber cientifico, se ha postulado repetidamente, que el conocimiento que creemos tener de los fenómenos, tanto materiales como vitales, son solo una sombra de la verdadera existencia real, que vivimos en un permanente autoengaño, porque nuestra propia mente, psiquico- emocional-pensante, no nos deja ver directamente la realidad tal como es, sino que todas las experiencias que tenemos las tiene que pasar primero por el filtro de dicha mente personal, asi que todo lo que percibe depende de como se haya formado su propia mente, por lo que le resulta casi imposible conocer directamente la realidad tal como es, pues la observación de lo observado no es la observación misma.
A pesar del saber filosofico y cientifico, sobre la existencia de esta distorsión perceptiva en el hombre normal, este, en general, no se inclina a tomarlo como un asunto prioritario en su vida, y no se pone a buscar esa otra posible realidad auténtica, quiza porque allá en el fondo intuye que el yo personal o ego que el mismo se ha forjado en su mente, no existe en esa otra posible realidad auténtica porque no es mas que un disfraz, que el mismo se pone en esta realidad aparente, para relacionarse con los demás, e incluso consigo mismo, por lo que prefiere lo malo conocido que lo bueno por conocer. Este condicionamiento vital y continuado, de la persona que se cree normal, crea sin embargo una continuada ambivalencia de atracción-rechazo hacia las demás personas, que da lugar a tensiones emocionales innecesariasle en muchos de sus actos vitales, muchas veces mas o menos inconscientes, por lo que la persona, a veces no sabe o no recuerda donde o como se generó su estress. Este es el caldo de cultivo de las enfermedades psicosomáticas, pues estas distorsiones perceptivas, que causan el estress emocional, cuando se somatizan suelen ser el origen de enfermedades reales, que cuando se vuelven crónicas, con el tiempo, poco a poco,van deteriorando nuestros organos y tejidos, y van disminuyendo nuestra capacidad natural de reproducción y regeneración celular. A pesar de los avances de nuestra medicina convencional, esta solo puede dar parches, evitando los sintomas, pero no pueden evitar los verdaderos origenes o causas de las enfermedades, porque estas se gestan primero en el cuerpo energético- emocional que tenemos superpuesto, y es por lo tanto en él donde primero habria que tratarlas, para erradicarlas, antes de que se propagasen al cuerpo fisico. En Rusia y en China han comprobado que la enfermedad empieza a gestarse en este cuerpo mas sutíl que el físico, al que denomiron con el nombre de bioplasma, unos seis meses antes de su manifestación en el cuerpo fisico.
En el estado de meditación genuino, asi como en el chi-kung avanzado, el practicante puede visualizar y sentir donde su bioenergia está bloqueda, en este su cuerpo sutíl o bioplasma, y hacer que circule con armonia, impidiendo asi una posible enfermedad o disfunción organica en el cuerpo fisico. Esto es lo que el gran médico alquimista, Paracelso, nos quiso indicar con estas palabras: “Hasta que no conozcamos el estado de tu armonia interior solo podremos, como mucho, aliviarte de la enfermedad; porque tu armonia interior es la fuente de tu salud. Pero cuando te aliviamos de una enfermedad inmediatamente padeces otra, porque nada se ha hecho respecto a tu armonia interior. En realidad es tu armonia interior lo que debe ser alentada”.
Hay gentes, que atraidos por palabras como estas o parecidas, buscan un grupo de meditación para ver lo que hay de cierto en ellas, tratando de alcanzar esos estados de conciencia meditativos que les puedan ser tan salutiferos. Pero, Incluso en meditadores mas avanzados suele ocurrir que, mas o menos consciente-inconscientemente, siguen queriendo cambiar su consciencia a otra de mayor armonia interior, pero desde su mismo ego de siempre. Esto es como querer limpiar una cañeria sucia con un trapo sucio.
Un antiguo maestro chino del Chan (antiguo zen de Shaolin), ante uno de sus discipulos que estaba meditando, se puso a afinar una pieza de arcilla con un cuchillo. El aparente meditador le preguntó: ¿ Maestro que haces ?. Este contestó: ” Intento a fuerza de pulir esta arcilla convertirla en un espejo”.¡ Pero eso es imposible! dijo el aparente meditador. Pues eso es lo mismo que tu intentas hacer con respecto a la autentica meditación, le dijo el Maestro.