En uno de los textos esenciales del Zen, titulado: ” El Canto del Inmediato Satori”, se puede leer el siguiente verso:
Si no dejas el lugar en el que estás,
permanecerás tranquilo,
Si buscas conocer,
te darás cuenta
que no puedes ni comprender,
ni adquirir, ni rechazar.
Lo que no puedes obtener,
inconscientemente lo obtendrás.
En los comentarios que hace Taisen Deshimaru, maestro de mi maestro, al mencionado verso, se pregunta: ¿Cuál es este lugar del que no hay que escaparse ?, y se contesta :” Aqui y ahora”, no debemos escaparnos de nosotros mismos. En efecto, estamos escapando de nosotros mismos continuamente y ni siquiera nos percatamos de ello.
Todo ser humano busca continuamente ser feliz, y para ello busca continuamente en cosas externas a él mismo, bien sea en una pareja, en una vivienda, en una profesión o carrera de negocios, en la politica, en la fama o prestigio…es decir escapando siempre de si mismo, del “aqui y ahora” solamente. Parece como si conformarse con el aqui y ahora solamente no condujese a nada útil. Este es, a mi modo de ver, el mayor error humano que existe de base para encontrar una felicidad verdadera y duradera.
En primer lugar está la idea preconcebida o inconsciente de la utilidad y adquisición de cosas, como algo prioritario que nos lleva a anticipar lo que nos conviene o no, discriminandolo como bueno, malo o neutro antes de experimentarlo. En cambio y en segundo lugar, tratamos de experimentar la masturbación de la propia mente, situandonos en un tiempo irreal fuera del aqui y ahora, que es el único tiempo posible realmente. Sin embargo para nuestro ego inconsciente resulta satisfactorio acariciar la idea, por medio del discernimiento racional o no, de la posible apropiación de algo externo a si mismo, y lo peor que le puede pasar es que lo consiga, porque entonces no parará en estar buscando mas cosas que le satisfagan, pues si no lleva ese trabajo de búsqueda se va encontrar preocupado por las estrategias a tomar para seguir obteniendo cosas, y eso a la larga conduce a una ansiedad constante. Por el contrario, el hombre de la Via del Zen, en armonia con el orden cósmico, espera su tiempo, desde el “Aqui y Ahora” hasta que el devenir le propicie lo que necesite, sabedor de que si no es feliz aqui y ahora no podrá serlo jamás.
Cuando el ser humano, en su evolución continua hacia un mas amplio nivel de consciencia, no solo entiende estas cosas, sino que las comprende y asume bien, poniendolas en práctica en su vida diaria, esta se convierte en una vivencia continuada del momento presente, cada instante es prioritariamente un “Aqui y ahora siempre”. Esto no es estar ensimismado, como pudiera parecerle al intelecto del que me esté leyendo, sino estar siempre presente con toda nuestra amplitud de consciencia en cada variopinto paisaje de nuestra vida e incluso de nuestra muerte, como momentos distintos o muy distintos, pero con un eje primordial siempre común que es ese “Aqui y ahora”. Esto es lo que nos quiso transmitir Laot-Tse en el Tao-The-King con el ejemplo de que un carro para andar no solo necesitaba la rueda que da vueltas (distintos karmas o paisajes de la vida), sino tambien un eje que está fijo siempre, que en realidad es el único que permite girar a la rueda (el aqui y ahora siempre).