
El parador
Érase una vez un Parador en un lugar de Aragón donde acudieron unos puteros de grandes vuelos y bajas camas. Sale a la luz la información de aquellos hechos acontecidos mientras el mundo tiritaba de frío epidémico que no nos dejaba sentarnos a menos de metro y medio unos de otros; que si lo recuerdo yo, o cualquier otro que tuviera un Café, bar o restaurante, por la obligación de guardar distancias mínimas de metro