¡Qué maravilla!
Fantástico recibir correos como el de hoy y de alguien interesante, lo que valida mucho más esta opinión, claro: “Muchas gracias por tu diligencia y amabilidad, y enhorabuena por vuestras valiosas actividades en pro de la verdadera cultura”. Se dice el pecado pero no el pecador, de ahí que no desvele la inferencia del correo recibido, pero sí decir a qué vino, pues no fue sino al envío del libro de Dalrymple que hemos editado