(El antimoderno)
En la más apacible bonanza y la más compacta, frondosa sobriedad, vivo como una reliquia de mí mismo una vida antimoderna. Bi bene, ibi patria, «donde bien estés, tu patria está». La mano asesina de Internet pulverizó mis esperanzas, los usos y costumbres que creo altos, la civilización papuda acabó con los libros, el arte, el periódico de papel, las canicas, los sombreros, el cine, la amistad, el sexo, la educación, las costumbres en general,