LA TORMENTA
Por la mañana las moscas volaron enloquecidas, algunas avispas se aventuraron en el interior de la casa, los gatos se revolvieron inquietos en la huerta y en la breve tertulia que se forma espontáneamente en la aira mientras esperamos la llegada de la furgoneta del panadero, más de uno pronosticó que, pese al cielo despejado y al calor estival, se avecinaba una tormenta como podía deducirse de alguna nubecilla aparentemente mansa a los ojos